¿El petróleo podría ser una energía alternativa?

El medio ambiente se ha convertido en uno de los temas estrella en estos días, en los que se celebra la Cumbre de Copenhague para combatir el Cambio Climático. Todos, o casi todos, los países desarrollados están de acuerdo en que hay que aunar fuerzas para reducir las emisiones de Co2 a la atmósfera e impedir, por tanto, que la temperatura se eleve más de 2 grados centígrados sobre la actual. Todos tienen muy buenas intenciones, pero ningún gobierno quiere perder competitividad con respecto a sus directos competidores. Estados Unidos y China pueden servir de ejemplo. En un principio, ninguno de los dos países estaba dispuesto a reducir emisiones si eso significaba un descenso en la producción de sus respectivas industrias.
Después de una lluvia de críticas, y de cara a la cita de Copenhague, las dos principales potencias económicas del mundo han recapacitado. Estados Unidos reducirá su contaminación atmosférica en un 17% para 2020, y China limitará al 45% sus emisiones hasta ese mismo año.

Otro de los objetivos de la cumbre danesa es impulsar la inversión en energías renovables. Una apuesta de la que hace gala el país anfitrión ya que Dinamarca es líder en la generación de electricidad a través de energía eólica. Es tanta su producción que incluso se ve obligado a exportar a sus países vecinos porque no tiene dónde guardarla. A pesar de esto, el país nórdico es uno de los pocos que se decide por esta alternativa. Y los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo tienen mucho que ver con este freno a las renovables.

Dueños y señores de la producción y el precio del oro negro, parece que nunca será rentable invertir en energías limpias si el petróleo se vende a precio de saldo. Esta es básicamente la técnica de la OPEP. En el momento en que el coste del petróleo sea superior a la creación de parques eólicos o la instalación de paneles de energía solar, el crudo pasará a la Historia. Eso es lo que no van a permitir países como Arabia Saudí, Irán, Kuwait o Venezuela. Incluso, siendo conscientes de que las reservas de petróleo tienen un límite y no van a disponer de este recurso hasta el fin de los días. Poco importa. Hay que aprovechar el momento y no se debe pensar en la conservación del medio ambiente si eso significa dejar de ganar dinero.

A la caza del pirata...audiovisual

Ya está aquí. La nueva ley de economía sostenible contempla el corte de la línea de internet a aquellas personas que se descarguen contenidos de la red. Hasta ahora, todas las campañas del Ministerio de Cultura apelaban a nuestra conciencia. Se han debido dar cuenta de que no es el método más eficiente y esta nueva ley quiere poner remedio. La disposición final primera de esta norma prevé que "(...)el Ministerio de Cultura, en el ámbito de sus competencias, velará por la salvaguarda de los derechos de propiedad intelectual frente a su vulneración por los responsables de servicios de la sociedad de información en los términos previstos en los artículos 8 y concordantes de la Ley 34/2002, de 11 de julio, de Servicios de la Sociedad de la Información (...)". Además se contempla la creación de una Comisión de Propiedad Intelectual que quiere mediar y arbitrar para proteger los derechos de los autores y editores. En Alemania, por ejemplo, la empresa Sony exige a los usuarios que pague una indemnización de cerca de 900 euros por la descarga de un disco producido por la compañía. Una cifra elevada que todavía no sabemos si pondrá en jaque a los aficionados a programas como Emule o Ares.

Habrá que esperar a las reacciones. Algunos cantantes apuestan por el directo y reivindican su autopromoción en internet para dejar de depender de las discográficas. Reclaman un disco a la carta que les permita interactuar con su público. Otra parte del sector, como Antonio Carmona, Luis Eduardo Aute, Loquillo o Mago de Oz reclaman, con el apoyo de la Asociación de Productores de Música de España (Promusicae) más protección del Estado para que la música no desaparezca.

No sabemos dónde acabará todo. Internet y sus múltiples posibilidades supone un gran rival para los sectores de la comunicación y la cultura. Lo veremos.

Cuesta abajo

Hace unos días, hablábamos de la Wikipedia y del elevado uso que ha alcanzado entre los usuarios de internet. Pues precisamente el pais.com ha publicado que un investigador español, Felipe Ortega, demuestra en su tesis doctoral que esta enciclopedia colaborativa cuenta con menos editores que hace un año. Los motivos pueden ser dos: por un lado, hay menos temas sobre los que escribir y, por otro, los criterios de la política editorial de Wikipedia son demasiado estrictos. Esta es la información.

El saber popular

Cualquier conocimiento al alcance de un click. Ese es el espíritu de Wikipedia. Se vende así mismo como una enciclopedia libre. Sin embargo todavía hay muchas personas que se resisten a teclear la dirección de esta web. ¿Estamos todos capacitados para aportar conocimientos fiables de ciencia, cultura, geografía o humanidades? Está claro que todos los usuarios que comparten información en Wikipedia no son expertos en estas materias, pero otros sí. También profesores de universidad y catedráticos ofrecen sus conocimientos en la red. Esta puede ser una buena pista para no apartar la Wikipedia de nuestros "Favoritos". Es verdad que ha cometido muchos errores como asegurar que Fernando Savater se había exiliado a Francia, dar por muerto al Premio Nobel de Literatura Jean Marie Le-Clezió, o apuntar que Pedro J Ramírez vivía con el diseñador Ralph Lauren. Aunque exista un grupo de editores que supervisen los contenidos, la Wikipedia todavía es sensible a manipulaciones por mucho que sus responsables hayan decidido sacrificar velocidad por veracidad. Es un buen motivo para consultarla, pero no para tomarla como una recurso fiable al 100%. Todavía no. Y quizá nunca. ¿Quién ha dicho que sólo debamos consultar a una fuente para conocer la realidad?

El valor del cemento

Los bancos rebajan los precios de las viviendas en más de un 30%. Este es uno de los resultados de la crisis económica. O eso piensan y manifiestan muchos economistas. Es una causa razonable, pero creo que en estos momentos cabe preguntarse cómo hemos llegado a esta situación. Durante los últimos años hemos asistido a un fenómeno que nos otorgaba el título de “pudientes” por el hecho de tener una casa. Se consideraba una inversión porque pasado algún tiempo podías revenderla para obtener el doble del precio inicial. Esta teoría hizo que las empresas promotoras y constructoras, además de los bancos, se frotaran las manos ante la imparable especulación urbanística que respondía a la demanda ciudadana. Era lógico pensar que, si la gente pagaba 500 mil euros por un piso de 60 metros cuadrados, por qué no se iban a construir más viviendas y subir su precio igual que sube el nivel de vida de los españoles. Un razonamiento, llevado al extremo, que nos ha conducido al desplome del sistema. Hemos conocido que el Banco de España obliga a los bancos y cajas de ahorro a pagar por cada inmueble que haya aceptado como pago de un embargo y que no consiga colocar en los siguientes doce meses. Una medida que aprieta las cuerdas del sistema bancario y hace posible encontrar verdaderas “gangas” en el mercado inmobiliario. Pero, ¿por qué un conjunto de ladrillos, hierros y cemento tiene un valor tan volátil? ¿Por qué los bancos y empresas de construcción han tenido tanto poder para manejar el precio de un bien que se considera un derecho según la Constitución? Desde luego hay que hacer un análisis del sistema financiero actual, que no es el peor pero tampoco el mejor. Aunque creo que un examen de conciencia apropiado en estos momentos es preguntarnos, cada ciudadano, cómo hemos caído en la trampa. ¿Puede ser por avaricia? En este caso, hay que reconocer que no hemos tenido el comportamiento más adecuado y hemos dejado que se explotara un sector de la producción muy corrosivo y que tenía los días contados. Habrá que sentarse a pensar de qué va a subsistir este país cuando pase la tormenta de la crisis. Según el gobierno, ya queda menos.

Escalada de Bitacoras.com

El portal de blogs ya se ha convertido en una red social donde los usuarios, además de compartir sus blogs, se intercambian informaciones y opiniones sobre los hechos más relevantes que circulan por la red de redes.
En concreto, un millón y medio de usuarios utilizan cada mes Bitacoras.com donde disponen de un buscador, una hemeroteca o canales de televisión temáticos. Pero, por supuesto no pierde el espíritu con el que nació y dispone de uno de los mejores directorios de blogs y un ranking de los más visitados.

Desde que se creó en 2003 de la mano de José Luis Perdomo, Bitacoras.com ha ido evolucionando hasta registrar 400 mil blogs, 4 millones de posts y disponer de casi 300 mil usuarios registrados. Además, es una de las 50 páginas webs más visitadas en España.
Una muestra del éxito de este proyecto es que, desde el año de su creación, se celebra una entrega de premios para destacar los mejores blogs en español a través de diferentes categorías. Precisamente hace pocos días se celebró la edición 2009. En esta última edición de los premios Bitacoras, han estado nominados 8.457 blogs que han contado con el apoyo de 37.141 votos realizados hasta la fase final. El blog de Enrique Meneses fue galardonado como el premio al mejor blog de periodismo, aunque se reconocieron además otros 20 blogs pertenecientes a distintas categorías.

Desde hace dos años, los premios se entregan dentro del marco del EBE(Evento Blog España). Esta cita para blogueros y profesionales de la red se define como la segunda gran cita europea de la web 2.0.
Aquí os dejo un resumen de esta celebración que ha tenido lugar del 13 al 15 de noviembre...

Arcas públicas

La vida política española no tiene remedio. Unos pocos se hacen con el gran privilegio que supone ser depositarios de la confianza de sus vecinos y en cuanto pueden, los estafan. A lo mejor no tengo que generalizar tanto pero, el inmenso número de casos de corrupción que se destapan cada año en las corporaciones locales, me hace preguntarme qué está pasando. ¿Qué impulsa a una persona a maquinar toda una trama en la que tiene que beneficiar a unos y a otros para que a él no le denuncien, manipular un sinfín de documentos y mostrar una actitud hipócrita ante todos sus conciudadanos? Quizá lo más fácil sería preguntar a los protagonistas de los casos destapados en Coloma de Gramanet, Marbella, Estepona, Torrepacheco y una larga lista de municipios que se han visto desfalcados por aquellos políticos encargados de gestionarlos. Lo peor es que me temo la respuesta: el dinero. Sacos y sacos de dinero son la causa de que no se pueda sentir otra cosa que desconfianza y rechazo hacia estos cargos públicos. La Real Academia Española de la Lengua define “política” como el arte o la doctrina referente al gobierno de los estados, entre otras acepciones. Está claro que ejercen un arte, el del robo. Dicho esto, ¿qué solución aplicamos? Desde luego no podemos prescindir de estas figuras públicas porque son esenciales para sostener el modelo de democracia que hemos fijado, pero sí se pueden tomar medidas de control que velen por unas cuentas claras donde gastos, ingresos, subvenciones o adjudicación de proyectos queden perfectamente justificados. Ya está bien. El cortijo en que se ha convertido España es lamentable y todos los ciudadanos debemos exigir que se respeten los bienes económicos y naturales que pertenecen a toda la sociedad.