jueves, 14 de enero de 2010

Vivir por encima de nuestras posibilidades

Vivir por encima de tus posibilidades parece ser parte de la cultura y la idiosincrasia española. Una forma de actuar que no sólo se refleja en el día a día de los ciudadanos, sino también en la gestión del gobierno. Al fin y al cabo, todos hemos nacido en el mismo país.

Hemos sabido que el ejecutivo central ha destinado 111.070 millones de euros para la compra de regalos a los jefes de estado, ministros y delegados de gobierno. El motivo no es otro que la Presidencia Española de la Unión Europea. Según los cálculos, esta representación en Europa va a costar un total de 90 millones a las arcas públicas, en torno a 2 euros a cada español. ¿Cómo podemos afrontar estos gastos con la crisis económica que vivimos? Pues podemos.


Entre los muchos términos económicos que sirven para determinar el estado de las finanzas estatales, nos encontramos con la balanza por cuenta corriente. Es el parámetro que contabiliza los ingresos y pagos de acciones comerciales, servicios, rentas y transferencias. Cuando los pagos superan a los ingresos hablamos de déficit. El dato negativo es que nos indica que llevamos un “tren de vida” muy distinto al que nos podemos permitir. Como si tuviéramos un sueldo de 1.200 euros y nos gastásemos 1.400 cada mes en gastos varios. El gobierno español compró mercancías a terceros países por valor de 359 mil millones de euros durante el año 2008. Un gasto que junto a las necesidades sociales de los ciudadanos y el abundante despilfarro de las administraciones centrales, regionales y locales hacen que el mantenimiento de las finanzas sea inviable.

Una de las medidas para contrarrestar este déficit es la subida de impuestos. El presidente del gobierno ha previsto una subida de tasas por valor de 15 millones de euros. Una medida que, según muchas organizaciones de consumidores, van a “sepultar” a muchas familias españolas que están acostumbradas a vivir por encima de sus posibilidades. Este incremento tendría que estar previsto, pero la cultura de la abundancia nos ha hecho perdernos entre billetes de euro. Se habla de una ley específica de suspensión de pagos para los consumidores que, en principio, se cree beneficioso. Según Ausbanc (Asociación de usuarios de servicios bancarios), para casos de este tipo sería necesario un abogado que, a su vez, cobraría su minuta. Al final, lo comido por lo servido.

La venta de algunas empresas públicas es uno de los recursos que el estado baraja para salir de este déficit que asfixia. Al igual que en 1996, la privatización de entes públicos puede ayudar a rebajar el endeudamiento de la administración. Aunque la vía más justa sería el recorte de gastos de las administraciones regionales y locales. Mientras el gobierno central se esfuerza en privatizar, las comunidades autónomas se dedican a elevar sus costes con la creación de organismos paralelos que duplican la burocracia y elevan el gasto. Se ha favorecido un aparato público que vive por encima de sus posibilidades.

Como ya ha ocurrido en otros momentos de la Historia, España y sus ciudadanos solventaremos la deuda y estaremos a la espera de otra nueva. El problema es que deberíamos aprender la lección para no acabar con la “soga al cuello” cuando nos pasen la hipoteca y nos exijan el pago de la tarjeta de crédito.

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