jueves, 28 de enero de 2010

Estudias o trabajas

"Estamos ante la Generación Ni-Ni, la generación que ni estudia ni trabaja." Esta frase la he escuchado al menos cinco veces en esta semana, pero hasta ahora no sabía su significado. Entre programas de televisión, reportajes en prensa escrita y entrevistas radiofónicas parece que se ha puesto de moda. España cuenta con una juventud despreocupada, más interesada en vivir con comodidades que en hacer sacrificios laborales. "Quieren trabajar para vivir, no vivir para trabajar." Es la opinión de los responsables de empresas de trabajo temporal y coordinadores de departamentos de personal.

En el último mes se han publicado numerosos artículos que cifran a los jóvenes Ni-Ni en más de 600 mil en todo el país. De ningún modo quiero poner en duda este dato. Será cierto y me resulta patético ver un programa de televisión que recoge testimonios de chicos que declaran, sin ningún tipo de pudor, que permanecen en casa todo el día y viviendo del dinero de sus padres porque no les apetece trabajar. Repito, muy triste.

Pero también me incomoda que se generalice a toda la población juvenil. Están aquellos que, desde la universidad, se fijan un objetivo laboral tan ambicioso como el que habían tenido sus padres a esa edad. También están lo que sueñan con trabajar en lo que les ha apasionado siempre, pero los salarios son tan bajos y el trato tan poco gratificante que piensan ¿qué estoy haciendo? Desde luego los jóvenes no tienen que dejarse vencer antes de luchar, pero esta sociedad que se ha creado no puede responsabilizarlos a ellos solamente.
Existe una generación de jóvenes engañados con sueños de licenciados que después no coinciden con la realidad. Nuestros padres han querido siempre darnos lo mejor. El único inconveniente es que todos los progenitores españoles han pensado lo mismo y nos hemos abalanzado a las aulas universitarias en vez de optar por la formación profesional.

Esta situación se agrava por los contratos temporales y la crisis económica. Como no hay ingresos, las empresas se ven obligadas a prescindir de personal. Los despidos que menos le cuestan son los de trabajadores jóvenes con contratos de 6 meses. Simplemente no se les renueva y a la calle. Peor lo tienen los recién licenciados, ni siquiera tienen la oportunidad de ese trabajo temporal que "vista" un poco su currículum. Como no tienen experiencia, no les contratan y si no les contratan, no tienen experiencia. En fin, la pescadilla que se muerde la cola.

Ninguno de los factores anteriores supone una justifiación en sí misma de la situación actual, pero sí ayuda a comprender por qué flota una cierta desilusión a la hora de enfrentarse a un mercado laboral que no cumple las expectativas prometidas. Eres un licenciado, pero tu sueldo apenas te permitirá pagar comida, alojamiento y ropa. Ya no hablamos de una hipoteca. En cambio sigue viva la idea de que, sólo teniendo una casa y una vida acomodada, has triunfado.
Perdonen señores por no poder levantarme de mejor humor cada mañana.



Aquí os dejo un vídeo sobre la presentación del nuevo programa de La Sexta.

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