miércoles, 10 de marzo de 2010

El share traducido a bits

Se acabaron los grandes porcentajes de share para las televisiones. Salvo contados ejemplos, la televisión va perdiendo esos ratings de 6 ó 10 millones de espectadores que registraron en su día series como "Farmacia de guardia" o "Médico de familia". Esta semana tenemos un ejemplo. Si el presidente del Gobierno conseguía un 30,5% de share en "Tengo una pregunta para usted" el 29 de enero de 2009, el pasado lunes (8 de marzo de 2010) sólo consiguió reunir ante la pequeña pantalla al 18,4% de los espectadores que, en ese momento, veían la televisión. Concretamente 3 millones 700 mil espectadores, frente a los 6 millones 432 mil de hace un año. Lo más llamativo, y de ahí mi comentario, es que fue el programa más visto durante esa noche. Las causas de la disminución de espectadores pueden ser dos: por un lado, el elevado número de cadenas que se han ido asentando en los últimos meses con la TDT y, por otro, el cambio de telespectadores de televisión a usuarios de televisión. Internet es la clave.

El aparato electrónico entorno al cual ha girado la vida familiar durante décadas está perdiendo protagonismo frente al ordenador. Aunque los contenidos son los mismos. Miles de usuarios visionan las series de televisión a través del ordenador sin atender a fechas ni horarios establecidos. Un cambio de hábito que ha obligado a muchas productoras ha plantearse el mercado audiovisual. Además, no basta con ofrecer los contenidos vía internet. La web 2.0 ha creado la necesidad de que directores y guionistas compartan la trama argumental de sus series con los usuarios.














El periódico "20 minutos" detalla en su edición de hoy cómo ahora el espectador es el que manda. Según el diario, los caminos de Internet se unen y para muestra un botón: "Muchachada Nuí" tiene más audiencia en Youtube que en La 2, "Perdidos" tiene un desarrollo virtual en vídeo pararelo al de la televisión y la serie "Flashforward" anima a los fans, a través de la web "Join the Mosaic", a imitar al personaje que encarna el actor Joseph Finnes e intentar descubrir qué provocó el famoso desvanecimiento de la humanidad durante 2 minutos y 17 segundos. Precisamente, esta serie sufre un parón en su rodaje por la falta de ideas de los guionistas. Se ha avanzado mucho pero todavía está lejos el hecho de que los espectadores puedan elegir desde casa el final de su serie favorita.

Empresas como Globomedia se rompen la cabeza para adaptar su producto a la red y una vía rápida pueden ser las redes sociales. De hecho, el telediario de La 2 ofrece ya la posibilidad de comentar los contenidos en facebook mientras dura su emisión.

Se ha hablado mucho en el máster de ABC de cómo las nuevas tecnologías modifican los hábitos de compra y lectura de prensa diaria. La televisión no escapa a esta revolución social en la que el lector, el espectador y el oyente (o escuchante) pide participar a través de las herramientas que ofrece la red. ¿Cómo se adaptarán los medios a este cambio? Habrá que esperar, y presiento que no mucho, para conocer esa respuesta.

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